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Ya hemos vuelto de China, en la provincia de Guangxi al sur de este enorme país.Cartel-cuevas-sckpp-utd

Y aquí estamos un pequeño grupo internacional para aportar la experiencia atesorada en exploraciones y proyectos alrededor del mundo en el buceo en cuevas para iniciar un proyecto conjunto que proporcione a los buceadores locales las bases para:  Conservar, Preservar y Educar en el buceo en cuevas.

UTD y los instructores UTD que hemos acudido a esta conferencia de cuevas, aportamos conocimiento y soporte material para realizar estas exploraciones y, evitar en lo posible, que a futuro aumenten los accidentes en las cavidades sumergidas, que implicaría el cierre (por desconocimiento) de las autoridades locales al buceo en cuevas.

SCKPP-UTD-teamVamos a trabajar en conjunto para empezar a levantar las topografías e instalar las líneas permanentes de la cueva, para que los equipos que abiertamente quieran participar en la SCKPP puedan crecer y desarrollar las futuras exploraciones.

Al fin y al cabo, ésta región, alberga una de los mayores karst del planeta, y esto sólo acaba de empezar.

Orgulloso de poder estar aquí y participar en un proyecto pionero de formación, de exploración y, de difusión del buceo en cuevas.

CRONICA DE LA EXPEDICIÓN:

 

 

 

Día 1,

La llegada a Nanning ha sido bastante llevadera a pesar de las largas horas de vuelo y esperas en la escala de Shanghai. Al venir hacia el este, se viaja de noche, por lo que el horario natural no se afecta demasiado. Solo que me duele el culo.

Como es tradición en mi larga trayectoria de viajes, de nuevo se han olvidado de recogerme en el aeropuerto. Como siempre, ha sido una confusión horaria… pero ya me he espabilado lo suficiente como para llevar la dirección del hotel (escrito en chino) conmigo, así que el taxista solo tuvo que leer para entender, porque ni se te ocurra ir a China y pensar que te van a comprender. Aquí nadia habla otra cosa que chino!

Tal como llegué a la recepción del hotel, sorprendí a la delegación semi-china, ya que luego me percaté que los chinos de Shanghai, Taiwan y Hong-cong, no se consideran ni piensan como chinos, y son los únicos que sí hablan inglés. Pues fueron éstos los que me ayudaron a registrarme en chino. Y me comunicaron amablemente que tenía 4 h de sueño para encontrarnos a las 6:30 para desayunar.

El conjunto chino se reunió preparado para ir a “Explorar”, estaban súper excitados, nunca antes habían participado en una expedición como esta… y querían zarpar cuanto antes. AG sin embargo, no lo tuvo tan claro, por lo que nos pasamos el resto del día en el aula del lado del comedor impartiendo clase de que se pretende, cómo hacerlo, y qué es una cueva y cómo topografiarla. Y por supuesto, empezar a preparar líneas, a medirlas, un nudo cada 3m/10pies, etc…

Sentamos las bases de la South China Karst Plain Project “SCKPP” y de cómo transcurrirán los siguientes días y exploraciones una vez nos hayamos ido.

La “SCKPP” es una iniciativa sin ánimo de lucro, que tiene la misión de CONSERVAR, PRESERVAR y EDUCAR sobre el buceo en cuevas en el área local, promovida por la misma comunidad de buceadores de cuevas. Permitiendo a las autoridades a sentar unas reglas del juego que permitan un buceo seguro, y eviten a futuro el número de fatalidades que suelen producirse cuando se abre una nueva zona de buceo bajo techo.

 

Día 2,

Nos desplazamos bien pronto a buscar una cueva que no tiene nombre, en chino “Wu Ming”. En teoría cerca de la ciudad, aunque pronto nos percatamos que este viaje nos lo íbamos a pasar en el autobús. Cerca significa 3h de carreteras y de cruces peligrosos con miles de chinos en moto, andando o en camión cruzándose, adelantando o yendo contra dirección, con la única precaución de pitar. Quien primero pita, tiene preferencia (o eso parece).

Wu Ming, además de no tener nombre, no tiene dirección conocida, porque la guía, una simpática chinita responsable del centro de buceo de la ciudad (aquí los centros de buceo son del gobierno) como experta, no tenía ni idea de donde estaba. Así que los locales nos fueron guiando, primero aterrizando en una plantación bananera, luego atascados en un camino, por fin llegando a un lavadero a la orilla de un lago verde. Agua verde y caliente… mala pinta tiene esto.

Sorprendentemente, al descender los escalones y asomarnos al lavadero, nos percatamos que no era casual su localización. En 1,5m de profundidad una chorro de corriente de aguas frescas y cristalinas surge de la boca de la cueva. ADRENALINA!

Andrew y yo nos tiramos con lo puesto y una máscara a ver que se veía, y efectivamente el túnel progresa y el agua fluye pero con la fuerza suficiente que te deja avanzar. Y Oh! sorpresa de nuevo… ya hay una línea existente de exploración. Esto me asusta, he cruzado el mundo con la expectativa de explorar. Lo sé no debe haber expectativas… pero uno no puede evitarlo.

De todos modos equipamos y distribuimos los equipos de exploración, primero AG, Chew Poh, y yo mismo, entraremos con mi línea para ver que tenemos. Segundo equipo con Kim Cardenas, Juan Naval y Jason Park, un tercer equipo formado por Ben Boss y Jeff que grabarán la cueva, y el tercer equipo formado por Kelvin, Ray y Yan que topografiarán la caverna de la entrada. Tienen formación pero no experiencia para más.

El objetivo es topografíar y documentar las cuevas, pero hacerlo a nuestra manera, en UTD lo haremos en equipo, y bucean todos en un equipo unificado.

La primera exploración, nos arrojó un panorama desolador, la línea original, transcurría por el fondo hasta los 26m de penetración frente a una pequeña ventana entre dos grupos de estalactitas, que unen sólidamente los 45cm que separan el techo del suelo. Atrás hemos dejado una T que sube a otra restricción que pasamos confortablemente hasta emerger en una burbuja de aire que conforma una sala decorada con estalactitas. AG y yo nos miramos, y estaba claro… nos habíamos pegado una pijada de viaje para recorrer 26m de cueva. ¿Qué hacemos? (that’s up? en inglis)

Volvemos hacia la T, con medias ganas de salir ya de la cueva, y en la misma T decidimos volver hacia la restricción final. Chew Poh Chang, nos sigue con sus enormes luces de vídeo, pero no entiende nada.

Está más que claro, la restricción es mayo, implica entrar sin botellas, y alguien grabó en la estalactita “END GALLERY”, pero lo intento, me saco la botella de la derecha y la paso por la ventana, luego meto la cabeza y los hombros, si pasan los hombros yo paso. Pero no puedo, algo se ha enganchado…veo los reflejos del foco de AG de alarma. Tranquilo lo oigo. El regulador de la etapa ha entrado en flujo continuo, pero no puedo alcanzar la segunda etapa en esta posición, así que decido cerrar la botella hasta agotar el aire, y abrir de nuevo. Funciona. Termino de pasar y amarro la línea a otra estalactita en frente de mí. La cueva ya tiene 8m más de línea!

Parece una tontería, pero eso supuso un cambio de actitud hacia la cueva. La exploración continúa.

AG dice que no pasa y me doy la vuelta en la grieta, con los pies por arriba para salir por la restricción. En el lago, lo comunicamos al resto de equipos, y todo se puso en marcha, el equipo 2 entra y topografía, el equipo 3 entra a filmar y el equipo 4 prepara las nuevas líneas que sustituirán a las viejas, complementándolas con un bonito cartel de advertencia. Aquí AG me comenta si no me importa entrar de nuevo y darle un “apretón” a la cueva. FALTABA MÁS!!

Cuando Juan Naval del equipo 2 sale de hacer su trabajo, se lo propongo, ¿te apetece entrar de nuevo a explorar? y como no, se tira de cabeza. Cambia botellas y nos vamos para adentro.

Esta vez, paso las 2 botellas para ir más cómodo, y he desmontado previamente la segunda etapa del regulador, ahora voy sin ellas. paso bien, y Juan detrás. Amarramos el carrete a la línea anterior y tomo rumbo por la grieta de la derecha hasta una restricción formada por una bandera (conjunto de estalactitas fusionadas) que solo me deja un pequeño espacio por debajo o por el costado en vertical. Cuesta pero la pasamos, y a partir de ahí se convierte en un avance penoso contra la corriente. Ya no valen aleteos de rana, ni flutter ni leches… aquí solo vale pull and glide, lo que es agarrarse a lo que se pueda y tirar. Hay momento que no puedo agarrarme a nada, la piedra está tan pulida por el flujo del agua que no hay salientes, incluso pienso en utilizar el cuchillo clavándolo al fondo de arena. Pero seguimos avanzando.

La siguiente sala es espectacular, un diaclasa horizontal de tan solo 50 a 60cm de alto y de unos 12m de ancho, aún más lisa la piedra que antes. Miro a Juan y le digo que estoy agotado de nadar contra corriente, y que cuanto gas le queda.

Juan Naval es uno de los instructores Tech UTD de Asia. Filipino, es más pequeño que yo, y cabe mejor por los agujeros, y como no, consume menos que yo, así que me mira sonriendo, con agua en la máscara por la mueca, y me indica que está a tope con ese brillo furtivo de adrenalina y excitación en la mirada. Cabronazo! esa mirada suya me obliga a desobedecer a mi lógica y me dejo llevar por la misma adrenalina que recorre mis arterias. Tengo menos gas, pero no he llegado a la presión de retorno, así que apretar el culo y seguir avanzando.

Ahora ya no sé donde agarrarme para que la corriente no me haga retroceder. Utilizo los talones contra el techo haciendo palanca con la rodillas en el suelo, con las llamas de los dedos me sujeto a cualquier variación de la roca. No puedo aletear, no tengo espacio. Hay momentos en que el regulador secundario se purga solo contra el suelo, y tengo que ladera la cabeza, porque si no no me cabe el regulador en la boca. Así unos largos 40m de arrastrarse hasta que vemos el final.

Sí, sí, el final. No se ve nada más a la izquierda es tan estrecho que mi pecho no pasa. a la derecha el techo se ha desprendido y lo colapsa todo. A 4m delante mío, solo veo pared… pero…. la corriente viene de ahí ¿cómo es posible? Me acerco. Y sorpresa, el techo no alcanza la pared. Se abre una grieta vertical por donde viene el agua y decidimos continuar queda poco gas, pero aún tenemos suficiente. La contorsión no es lo mío, y me entra el pánico cuando me doy cuenta que he conseguido doblar hacia atrás el espinazo para superar la inclinación de 45º hacia arriba, pero las botellas no se doblan, y están atascadas. Alguien las golpea un poco y ZAS! se mueven. Continúo hacia arriba, y en cuanto puedo, me giro para observar a Juan seguirme. Él cabe mejor. Ascendemos. Y aparece ante nosotros una magnífica sala decorada de estalagmitas y estalactitas, banderas, coladas, y todo brilla. Está todo incrustado de cuarzos, pequeños como brillantes, y otros cristales grandes como pulgares. Nos abrazamos.

Estamos ya en 130Bar, nos damos la vuelta y dejamos la línea bien tensa en una estalagmita. Al salir observo de donde viene la corriente, ya sé por donde tiene que continuar el siguiente equipo. Han sido 178m de línea hasta ahí, y continúa. De una cueva que se había dado por explorada con 26m de penetración se convirtió de repente en casi 180m.

Salimos y parecemos autos de choque, Juan sale transversalmente, de lado para dar más resistencia y relantizarse, yo lo intento y me lo llevo por delante un par de veces. Mientras vamos anotando todo lo que observamos, nudos y distancia, flechas, tie off, estructuras, domos de aire, etc…

Ahora soy yo quien ayuda a Juan. Se ha enganchado con la restricción de la bandera con un latiguillo y ni palante ni patrás. Me encanta UTD, el trabajo en equipo, avances rápidos y eficientes. Miradas cómplices, emociones compartidas con una cerveza. Y sobre todo seguridad. Una por ti, y otra por mi.

Saliendo nos cruzamos con el resto de equipos. Nosotros hemos llegado lejos, pero ellos están haciendo una gran labor. Las líneas son todas nuevas, han marcado y señalizado las T y saltos. Nos han puesto un salto para nosotros que amablemente nos ofrece Ben, mientras asegura el cartel de aviso de la cueva. Los “novatos” están enfrascados en una laboriosa medición de las salas y la caverna, exhaustiva, todo a mano con la cinta métrica (el sonar lo han perdido en la inmersión anterior). Todos en su sitio, aportando, disfrutando y soñando con la siguiente.

En resumen, 12 buceadores y 44 botellas y casi 300m de línea instalada.

 

 

Día 3, 

Me levanto excitado, he dormido mal, pero no importa. Vamos a Liaonzhou a bucearan cueva mítica del pueblo. Una urgencia que alberga varias leyendas, una de ellas vamos ten China por una película de los años 60 sobre un amor prohibido entre dos jóvenes. Un Romeo y Julieta a lo chino. Y también por la promesa de tesoros, sí sí, tesoros. Joyas y dinero que los chinos tiraron a las aguas durante la ocupación japonesa, previa a la 2ª Gran Guerra.

No me impresiona, son tantos los lagos, pantanos, submarinos alemanes y pecios cargados de tesoros en España también, que ya no me dice nada. En España solo encontré barro en unos y carbón en los otros.

Lleva toda la noche lloviendo y esto va a peor. Ciertamente cuando llegamos la urgencia está en crecida y el río que surge de la montaña lo inunda todo. En el interior del pueblo, al otro lado del monte, está el lago de donde nace el río y el agua es verde. La visibilidad no supera los 30cm. Yo lo tengo claro.

a pesar de todo, Kelvin y Adam (chinos los dos) reciben ordenes de vestirse y saltar al agua, para al menos localizar la entrada por si hubiera la suerte de que dentro de la surgencia, el agua estuviera más limpia. 3 intentos y nada, no se puede hacer.

Así que nos queda el día para las relaciones sociales, entrevista con la TV local y como no, comer. Comer es lo que mejor saben hacer los chinos. Comer hasta que revientes. Pero no mires que comes, está todo muy rico, sea ternera, perro o rana… lo que sea está de rechupete.

Para ello nos han hecho una recepción en el centro de buceo local de Yan, uno de nuestros guías. No tengo palabras para los miembros del JOY DIVVE CENTER. Nos brindaron una recepción tradicional, donde los niños nos hicieron un pasillo de honor con el traje tradicional que me puso la piel de gallina. Nos dieron unos amuletos de larga y saludable vida y cenamos con pastel de la luna. solo se hace una noche al año, y esta era la noche.

Después de jugar a la silla, de reír, de fotos, de autógrafos y más, les dimos una conferencia de cómo se levanta una topografía de cuevas, y cuales son los conceptos fundamentales del buceo seguro en cuevas desde nuestra perspectiva UTD, donde Andrew se lució con sus explicaciones y actuaciones gestuales, y yo hice lo que pude con mis dibujos en la pizarra. Esta noche me la llevo en el corazón, las cuevas en la retina, y la exploración en el alma.

Día 4, 

Nos llevan al norte, nos dirigimos a Du-An. Otra vez un largo recorrido en autobús para ir aquí al lado, solo son 4h nos dicen. Así que salimos a la 6:30am para llegar a tiempo a un centro de buceo local, donde nos tienen que esperar 44 botellas y plomos para todos. Vamos a bucear en lo que el gobierno regional considera el ”paraíso del buceo en cuevas”. Hay más de 200 cuevas en la región muchas de ellas, la gran mayoría no se han buceado nunca.

Y algo no va todo lo bien que debiera ir: el chico del centro llega tarde, pero además está etiquetando las botellas con pegatinas de una agencia de buceo, y yo cuento y solo hay 25. Los chinos empiezan a discutir a su manera, alzando agudamente la voz. Todo son problemas.

Nos empiezan a marear, a decirnos que el agua está verde (ya lo sabemos, lleva 2 días lloviendo sin parar) y que las cuevas que queríamos bucear no se pueden, etc…

A pesar de todo embarcamos al guía en nuestra aventura y nos dirigimos al oeste hacia las cuevas que nosotros teníamos en mente, en mitad de unos valles formidables. El “paraíso de la escalada” iba pensando yo desde mientan del autobús. Peñones de roca calcárea de cientos de metros verticales por doquier. Impresionantes valles y ríos verdes lo surcan todo, entre los pequeños arrozales que salpican las orillas.

De repente el jeep en frente nuestro se para en un puente y se bajan el guía y AG, nos bajamos del autobús y nos muestra una visera de roca debajo del puente, que según el guía promete un buceo con una caverna de 40m de penetración por debajo de una arrozal. ¿Va en serio? con un arrozal encima solo espero un barrizal. No nos mola nada esto. Discutimos de nuevo y accede a llevarnos a otra cueva. Algo raro está pasando y Andrew me pide que me prepare una backup light y mi máscara.

Llegamos a la siguiente cueva y nos dice que está en el centro del río. Me tiro a comprobar que bajando en apnea a -8m y con solo 3m de visibilidad no veo nada. Hablamos con el tipo otra vez, y esta cueva baja directamente a -80m. ¡Es un Pozo! Vale, ya empezamos a entender. No quieren que exploremos nuevas cuevas. Y así nos va paseando por todas aquellas cavernas turísticas, por lo que empezamos a parar nosotros por nuestra cuenta para ver todo agujero o ventana que vierta agua para mirarla por nuestra cuenta, con el tipo diciéndonos todo el rato que no, que ahí no se buceo, o que son -80m de profundidad. Eso es cierto, estos valles indican que todas las cuevas serán muy profundas. Básicamente, son gritones que descienden por debajo del nivel freático a -120m. Y nosotros con 25 botellas de aire…

Ya al atardecer, hablamos con unos locales que nos dicen que ellos conocen unas cuevas cerca que no conocen que las hayan buceado nunca. ESO ESO. Así que dividimos los equipos, y Ben Boss, Chew Poh Chang y yo nos vamos con ellos debajo de un puente a una cueva con 2 entradas, y AG, Juan Naval  y Jason Park a otra gran entrada detrás de una plantación bananera.

Efectivamente, no hay líneas ni nada que indique que se buceó antes, pero la del equipo de Andrew, se pierde por debajo de los -30m (no tenemos gas para ir más allá), en un pozo que el sonar no alcanza a detectar fondo (más de 99m).

Y en la de mi equipo, empezamos up-stream, pero nos paramos después de 8 a 10m de penetración porque la cueva está colmada de barro y basura. ¡Vaya pesadilla!. Veamos el otro lado, hacia lo segunda boca. ¡Bingo!. Continúa descendente, aunque no se ve un carajo, la visibilidad solo alcanza 1,5m voy siguiendo la pared y anotando cada cambio de rumbo y profundidad. Ben va corroborando los datos y apuntando y, Chew filma lo que puede.

La cueva empieza a ascender, y de repente me encuentro con que la piedra cambia, nos detiene en seco con un techo de calizas azules que implica que no se puede progresar más. Estamos en un “culo de saco”. Media vuelta. Pero al llegar a la parte más profunda de la línea, observo un oscuro. Sí, un oscuro más oscuro que lo normal de la cueva. Y como no, alerto a Ben, que a su vez para a Chew para iniciar un T que nos llevará a los 18m de profundidad para empezar a subir y…. ¡tachán! más basura, un auténtico vertedero. Es desagradable, asqueroso, pero me indica un posible salida. La sigo y me quedo solo. La línea ha perdido tensión, se ha roto! no tengo línea para salir. JODER.

Anclo mi trozo de línea y observo que el carrete tiene más de la mitad, suficiente como para explorar buscando la salida. Tomo la punta rota, lo que a mi me sale por decir chicote, y retrocedo para encontrarme a Ben sujetando la otra punta y esperándome. La anudo y observo alrededor el afilado canto de un cristal entre la basura. Lo aparto y continuamos ascendiendo por la montaña de desperdicios hasta llegar a la superficie. Allí, parece todo bonito y limpio, en medio de una plantación de caña de azúcar. Los del pueblo lo han utilizado como vertedero, lástima de cueva.

Salimos de noche de la cueva, y la expectación de niños y menos niños es increíble, y terminamos como siempre comiendo a lo bestia en la casa de uno de ellos. 7 generaciones en ese valle metidas dentro de una piel arrugada y gruesa, intentan emborracharme con vino de arroz. Un licor destilado en casa como se aprecia en la garrafa de gasolina de donde está vertiendo el contenido de nuestros vasos. Debo reconocer que a pesar de mi entrenamiento “español” me fui tocado para el hotel.

Día 5, 

Ya no nos creemos al chino, que nos lleva a un laguito donde nunca  ha buceado dice, por lo que el grueso del equipo se queda allí para ver que hay, y explorar lo que se pueda. No va mal, porque efectivamente encuentran la surgencia que alimenta el lago y la topografían hasta los -30m. Luego desciende bruscamente buscando el río que transcurre cientos de metros más abajo.

Mientras AG, Ben y yo nos escapamos con el pick-up a buscar agujeros por aquí y por allí, llevándonos por la intuición y lo que nuestro traductor Kelvin alcanza comprender del dialecto local. Inspeccionamos varias, o son demasiado pequeñas, o deberíamos talar el árbol sagrado que crece delante, o simplemente, son pozo profundos. En uno de ellos nos dice de nuevo que desciende a -70m… pero nos miente, seguro. El agua surge con tanta fuerza que forma remolinos y borbotones en superficie. No puede venir de tan profundo, y Ben, con su máscara y la back-up se tira al agua a inspeccionar. Hay escalones tallados en la roca que descienden hasta la boca de la cueva a -9m. Nada que ver con la descripción del guía y, además un vecino nos dice que cuando no rompe la cueva, ellos bajan a recoger agua de un laguito interior. Ya tenemos aventura.

Volvemos a por botellas, están todas usadas, pero útiles, algunas con 140bar y otras con 120bar. Nos llevaremos 3 cada uno a ver que ocurre. Y la visibilidad sigue siendo muy mala, pero ahora ya no importa, tenemos mucho mono, me he pasado horas encogido en esa ranchera dormitando de un lado para otro. Hay que saltar al agua y tender línea, y la tiendo palpando las paredes hasta cruzarme con otra 2 líneas más, esta cueva ya ha sido explorada. Mala suerte, pero no me voy a dar la vuelta, este es mi momento y continuamos avanzando hasta que 72m más adelante, tal y como esperaba, la cueva se hunde una fractura vertical que tocará fondo muy hondo, más de lo que nuestra mezcla de aire simple y corriente nos permite bucear. Ben y yo atamos la línea en -28m y corto la punta para llevarme el carrete. Volviendo nos dedicamos a divertirnos con la salida a toda máquina. La corriente nos empuja, no vomita literalmente de la cueva. Otra vez de noche.

Día 6,

Hoy toca desayuno en el autobús, hemos pedido volver a Nanning para bucear una cueva al lado de Wu Ming, la que el primer día tantas satisfacciones nos ha dado. Así que no hay tiempo que perder y pasar las 2h de autobús de vuelta para encontrarnos la ranchera con las 44 botellas.

Pero aquí en China todo es extraño, pasadas 3,5h de viaje y 2 controles armados de la policía, sorprendo a los guías locales en una acalorada discusión en medio de la estación de servicio de la autopista. Me acerco y pregunto… y me dicen que es que las indicaciones donde nos esperan las botellas está todavía a 45’ de viaje. ¿Cómo? Sí, estamos a menos de 100km de la frontera con Vietnam.

Bueno, otra sorpresa y otra aventura diferente a la esperada. Ben Boss se ríe, dice que soy un hombre tranquilo. Digo yo, para que preocuparse si van a ha ser lo que les dé la gana?, lo que venga bien estará.

Y bien ha estado, superior diría yo. Hemos llegado a una pequeña surgencia que escupía el agua con rabia. Me he dicho costará entrar, pero seguro que vale la pena.

Pero la sorpresa nos aguardaba a 30m más arriba en la montaña, donde un pequeño sendero con gallinas sueltas nos lleva a una caverna monstruosa, al menos tiene 90m de larga, por otros 90m de ancho, con bonitas decoraciones de estalactitas, coladas y banderas brillantes en los costados y viejas y desgastadas estalactitas enormes que cuelgan del techo de la caverna.

El agua está oscura, pero pronto empezamos con una planificación improvisada de qué equipos vana entrar y por donde se va a explorar. Ben Boss, Jason Park, y yo, coincidimos de nuevo para meternos por la salida del agua en la urgencia e intentar conectar con el lago gigante del interior de la montaña. Allá vamos.

Solo encarar la surgencia la presión del agua en la cara me mueve la máscara y el regulador entra en flujo continuo por lo que tengo que agarrarme como puedo a las piedras del fondo y ladera la cabeza un poco. Es difícil, con el foco y el carrete primario en la mano, solo tengo una y los talones contra el techo para empujar. Aquí el aleteo no funciona.

Sigo agarrando lo que puedo e intentando hacer los nudos, cuando una de las rocas cede y salgo rebotando contra techo y suelo y llevándome con un porrazo a Ben que intenta seguirme. Nos rehacemos de las volteretas y volvemos a la carga.

Tras unos 25m de “Pull & Glide” llegamos a una sala más grande y la corriente se diluye, y empezamos a observar la cueva. Es negra, la piedra recubierta de un alga resbalosa lo que recubre todo. Seguimos avanzando por 4m de profundidad y nos encontramos un gran bloque del techo desprendido que nos deja muy poco espacio para seguir. ¿Podríamos quitarnos las botellas y pasarlas por delante? seguro, pero es que a la izquierda se nos abre un pasillo amplio que puede ser un atajo lateral, y efectivamente nos permite hacer una Z con la línea y esquivar la obstrucción de la galería.

Y a los 70m de recorrido, hecho. Emergemos en la galería que comunica con el lago, con un techo formidable de formaciones calcáreas albardas gota a gota durante miles y miles de años. Los murciélagos nos ignoran. Ahora es momento de delegar en los otros equipos la topografía del lago y encontrar la fuente de agua que lo alimenta.

Tras varias horas infortunadas de búsqueda, los demás equipos solo pueden medir y dibujar la zona de caverna, que instalan con una línea de gruta, separada de la de exploración que nosotros hemos puesto. Uno de los objetivos de esta expedición es precisamente, enseñar a los locales a señalizar y marcar las cuevas correctamente para evitar que buceadores sin experiencia y/o entrenamientos puede tener accidentes. Cada vez que un insensato muere en una cueva, las autoridades tienden a actuar prohibiendo el buceo o incluso hablan de dinamitar los accesos, como sucedió en 2010 en Cueva del Agua.

Éste ha sido un cierre de expedición espectacular, y nos ha demostrado que podemos realizar un trabajo intenso y complejo trabajando en equipo, con misiones y objetivos diferentes, coordinados y en un ambiente muy bonito de hermandad. La formación igual, el entrenamiento intenso y la estandarización de protocolos y configuración material nos han permitido encajar bien en una expedición tan compleja como ésta.

Artículo publicado en Revista Buceadores de abril 2017 nº111: SCKPP